Better Man se inscribe en la creciente tendencia de llevar a la gran pantalla la vida de íconos de la música en formato musical. Robbie Williams, un cantante británico con una carrera tumultuosa pero exitosa, siempre se ha distinguido como un outsider dentro de la estructurada tradición británica del pop.
Esta película ha generado mucha conversación. Me sorprendió que en la temporada de premios no tuviera un mayor impacto, aunque ya sabemos lo que ocurrió con Emilia Pérez.
A diferencia de los biopics tradicionales, Better Man evita la fórmula de elegir un actor que se asemeje físicamente al protagonista. En su lugar, Jonno Davies interpreta a Robbie Williams mediante captura de movimiento, y su imagen ha sido modificada digitalmente para que parezca un mono. Esta decisión no es meramente estética, sino una metáfora poderosa sobre la industria del entretenimiento: los artistas son entrenados para entretener al público, muchas veces alejados de su vocación inicial, convirtiéndose en piezas de una transacción comercial que explota su talento.
En ese sentido, me pareció una idea brillante. Lo curioso es que ni los musicales ni los monos me gustan particularmente, pero sí soy fan de la música de Robbie Williams. Después de ver la película, reflexioné sobre la ironía de seguir a un artista cuya vida personal está marcada por problemas, mientras sus canciones se convierten en la banda sonora de nuestras propias experiencias. Es una prueba de cómo el arte siempre se transforma en el espectador, permitiendo que cada persona viva una historia distinta a partir de la misma obra.
A través de Better Man, comprendemos la cronología detrás de sus canciones y el significado que tenían para él en cada etapa de su vida. Tal vez ese sea el verdadero significado de su música, porque, en esencia, siempre contó su historia. Algo similar ocurre con Gloria Trevi, por poner un caso cercano: quien haya seguido su juicio puede reconocer que muchas de sus canciones reflejaban lo que vivió. Basta escuchar El recuento de los daños con ese contexto para sentir empatía, independientemente del escándalo que la rodeaba.
En la película, vemos a Robbie Williams en su momento más frágil. Un niño con una relación difícil con su padre, marcado por la necesidad de aceptación. La separación de sus padres lo dejó bajo el cuidado de su madre y su abuela, quienes le brindaron amor incondicional. Sin embargo, la ausencia de su padre lo marcó profundamente. La música fue el lazo que los unió, compartiendo una admiración por Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y el Rat Pack. Esa pasión, sumada a su falta de interés en el camino tradicional de estudiar y trabajar, lo llevó a perseguir el sueño de convertirse en artista.
Gran Bretaña siempre ha sido una gran maquinaria de estrellas pop, especialmente en grupos juveniles diseñados para encajar en un molde preestablecido. Williams llegó a Take That casi por casualidad, como si fuera el destino escrito en su libro. Sin embargo, ser parte de una banda no garantizaba estabilidad: las dinámicas internas, la preponderancia de unos sobre otros y las preferencias del público generaban conflictos. Aunque alcanzó el éxito, dentro del grupo no encontraba su lugar.
A nivel personal, el vacío que dejó su padre lo arrastró hacia la espiral de excesos que acompaña a muchas estrellas del pop: alcohol, drogas y autodestrucción. Viendo la película, me preguntaba cómo es posible que recuerde tanto de aquella época si realmente consumió todo lo que se muestra en pantalla. Sobrevivir a ese nivel de abuso es, en sí mismo, un milagro.
En cuanto al apartado musical, los números están bien orquestados y el ritmo de la película es dinámico. La narrativa salta de una etapa a otra a través de sus canciones, que, al menos en mi caso, siempre me han gustado. Para los fans, la película ofrece un contexto valioso sobre lo que Williams estaba viviendo en cada momento de su carrera. Muchas veces seguimos a un artista sin entender sus comportamientos o su historia detrás del escenario, y este filme ayuda a conectar las piezas.
En mi caso, Robbie Williams siempre fue un artista atractivo con canciones pegajosas, pero no conocía en profundidad la influencia de su madre y, sobre todo, de su abuela en su vida. Si una película incluye una abuela y un perrito—siempre que al perrito no le pase nada—ya tiene una calificación positiva en mi libro.
Por supuesto, Angels, su canción más icónica, adquiere un significado aún más emotivo al presentarse como un homenaje a su abuela, quien fue una presencia fundamental en su vida. Esta escena, en particular, convierte la película en una carta de amor a alguien que lo marcó profundamente.
En definitiva, Better Man es una gran película para los fans de Robbie Williams y una excelente introducción para quienes no lo conocen pero disfrutan de los musicales. Con una banda sonora impecable, coreografías bien ejecutadas y un ritmo vibrante, es una experiencia cinematográfica que captura la esencia de una vida llena de altibajos. Al final, después de haber estado al borde de su propia destrucción, Robbie Williams logró sobrevivir y convertirse en una mejor versión de sí mismo, como lo sugiere el título de la película: un hombre mejor.
FICHA TÉCNICA
- Dirección: Michael Gracey.
- Guion: Oliver Cole, Simon Gleeson y Michael Gracey.
- Producción: Paul Currie, Jules Daly, Michael Gracey, Coco Xiaolu Ma y Craig McMahon.
- Fotografía: Erik Wilson.
- Música: Batu Sener.
- Reparto principal: Robbie Williams como él mismo (voz), Jonno Davies como Robbie Williams (voz y captura de movimiento), Steve Pemberton Alison Steadman, Kate Mulvany , Damon Herriman.
- Duración: 135 minutos.
- País de producción: Australia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y China.
- Fotos: Google.
Productora y conductora del podcast Cinependiente RD.
Miembro fundador de ADOPRESCI.
Dahiana Acosta, forma parte del Colectivo Artístico Cinependiente desde el año 2015, ha sido la productora y editora del programa radial Cineasta Radio (2017-2021) y ahora, del Podcast CinependienteRD y editora de su página web. Desde el 2021, es la presidente de la ASOCIACIÓN DOMINICANA DE PRENSA y CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA, ADOPRESCI. Coordinadora junto a Cinemateca Dominicana de la programación del cinefórum que modera ADOPRESCI. Jurado de la Semana + Corta, Festival Internacional de Cine LGBT+, Santo Domingo OutFest, Festival de Cine Fine Arts, Minuto del Agua, entre otros.
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