CRÍTICA – TEATRO -CAMBUMBO

“Igual que en un escenario, Finges tu dolor barato, Tu drama no es necesario, Ya conozco ese teatro…” La Lupe

La noche permite a las tímidas criaturas salir a esparcirse y fluir con la magia de un mundo que se crea entre luces artificiales y sombras. Cuenta la leyenda, que hubo una época en la que las noches de Santo Domingo se encontraban la lujuria y la protesta, los de arriba y los de abajo, la esposa fuera y la otra dentro, la fama y el anonimato, los ramos y las estrellas, en un baile que algunas veces era cadencioso y otras, agitado y turbulento. Ese cuerpo de baile lo dirigía Tony Echavarría, Cambumbo, desde el Ensanche la Fe.

El Bar del Teatro Nacional fue el escenario elegido para el viaje en el tiempo, en el que Franklin Soto, bajo la dirección de Ramón Santana, decidió contar la historia del dueño de las noches de Santo Domingo, en la que Soto dio muestras de talento, gracia y sensibilidad en su interpretación.

Desconocido para mi generación, pero venerado en la clase artística de su época. Contracorriente y disruptivo, Cambumbo supo colarse en todas partes, por su arrojo y el “que me importa a mi” tan nuestro. Dueño de esa resiliencia tan caribeña, de evadirnos de las tragedias y comprimirlas hasta que podamos reírnos de ellas, siempre deprisa y pa’ lante.

En esa época todavía soplaban las brisas de la revolución y el resquemor hacia la autoridad. El país navegaba en un mar tumultuoso hacia un mejor destino o eso pensában. Todos querían ser protagonistas, el clamor por la libertad llegaba de todas partes, del pueblo y de la farándula. Cambumbo estaba en medio de todo eso. Asumió con una normalidad peligrosa su preferencia sexual y creó un universo paralelo en el que se podía entrar para dejar atrás los problemas de gobierno y de aposento, pero eso sí, “pidiendo y pagando”. De ahí entraban y salían cuando él así lo entendía, procurando siempre el respeto hacia sus visitantes, que no necesariamente te eximia de tu buena reprimenda. Boca de tira piedra y corazón de seda.

Cambumbo es de esos personajes que no le quedaba otro camino que ser líder y artista. Cuando se nace con risa, llanto y marditismo, es el único camino posible. El artista vive de sus aplausos y como el show siempre debe de continuar, esa noche, le permitió regresar y de qué manera.

En la mesa en la que estaba se dio un fenómeno curioso, de un lado, los que no lo conocíamos y del otro un señor que a juzgar por su entusiasmo y emoción al ver la caracterización, había sido un habitué del establecimiento. Ambos disfrutamos el recorrido, entre risas y llanto, música de antaño, anécdotas y testimonios de quienes le conocieron. El señor se abrazó a su nostalgia y yo lo gocé como una ficción que solo podía ser verdad. Una vida montada en obra de teatro contada en clave documental.

Ficha Técnica:

Actuación y Dramaturgia: Franklin Soto.

Adaptación y Dirección: Ramon Santana.

Coach Actoral: Xiomara Rodríguez.

Producción General: Lulú Ceballos y Raúl Méndez.

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