Recientemente tuve la oportunidad de ver Cada Oveja con su Pareja, una obra dirigida por Manuel Chapuseaux y producida por Luis José Germán y Luly Rocha de la compañía de teatro “Compañía de Teatro Niní Germán“. Con un estreno reciente, la puesta en escena se desarrolla dentro de una estructura clásica del vodevil, un género que, cuando se maneja con destreza, garantiza una comedia ágil y efectiva.
En este caso, la obra se sustenta en una situación inicial que desemboca en una serie de enredos, malos entendidos y asunciones equivocadas que, en su conjunto, construyen un entramado hilarante y, por momentos, absurdo. El vodevil se caracteriza por su ritmo acelerado, su tono ligero y su capacidad de sostener la comicidad a través del equívoco, y esta producción logra precisamente eso.
Mención especial merece la participación de Luis José Germán, quien le imprime un significado personal a la obra, dado que su padre, el reconocido Niní Germán, la puso en escena años atrás. Su presencia en este montaje añade una capa emocional que, para quienes conocen la historia del teatro dominicano, no pasa desapercibida.
En cuanto a las interpretaciones, hay que destacar a Vicente Santos y la maravillosa Judith Rodríguez, dos actores que nunca decepcionan, a quienes vi el año pasado en la visceral obra “Finlandia”, y aquí coquetean con mucho garbo con la comedia. Sin embargo, más allá de su desempeño individual, lo que realmente eleva la obra es la dinámica entre los actores. Algunos lo llamarían química, otros lo verían como un acoplamiento escénico casi intuitivo, pero lo cierto es que hay una complicidad implícita que trasciende la actuación y se convierte en parte de la experiencia teatral. Esa sintonía hace que el público se involucre aún más, sintiéndose parte de la historia. Es imposible no reírse.
La dinámica de extremos entre Vicente Santos y Juan Carlos Pichardo, con algunas diferencias sutiles y otras bastante escandalosas, hacen muy buen trabajo como catalizadores del caos, la igual que Luly Rocha y María Tavarez. La sorpresa de la noche, para mi al menos, fue la presencia de Lissette Selman, la dama del buen decir, y Roberto Cavada, que fiel a su estilo, concede unos minutos en escena, ambos en una participación especial, como parte del cierre de esta rocambolesca aventura.
El teatro dominicano está atravesando un momento importante. A pesar del escaso apoyo estatal que recibe, ha logrado construir un público fiel, especialmente en el ámbito citadino. Es una realidad contrastante con la industria cinematográfica, que sí cuenta con incentivos, y no ha podido construir un público, pero el teatro, sin grandes subsidios, sigue llenando las salas, de todos los tipos. Cada función es a casa llena, lo que demuestra que el espectador ha desarrollado un criterio sobre la calidad de las producciones y sabe que encontrará trabajos bien logrados. La calidad está garantizada.
Un punto a considerar es la duración, encontré que la obra se extiende más de lo necesario en algunos momentos. No porque se sienta tediosa mientras transcurre, sino por aquello de que el ritual del teatro termina en un restaurante cerca de usted.
Algo interesante de esta versión es que, a pesar de que el montaje original se presentó hace años, la obra no se siente desconectada de la contemporaneidad. Incluso referencias como la frase “más largo que un discurso de Balaguer” siguen resonando en el público, lo que demuestra que, aunque el tiempo pase, ciertos códigos de la cultura dominicana permanecen intactos. Me pregunto si la intención del director fue mantener la puesta en escena fiel al montaje original o si hubo un esfuerzo por actualizarla a la oralidad contemporánea. En lo personal, me inclino por la primera opción: conservar ese guiño a lo que la obra representaba en su momento.
En definitiva, Cada Oveja con su Pareja es una obra altamente recomendable. La audiencia la disfrutó de principio a fin, y eso, en el teatro, es un indicador inequívoco de éxito. Me llamó especialmente la atención Pamela Sued, y su chispa inagotable. Creo que está en el punto exacto para que le escriban un papel que la desafíe y le permita explotar aún más su carisma en escena, tanto en el cine y como en el teatro.
Una obra bien lograda, con actuaciones sólidas y una propuesta escénica que, sin reinventar el género, lo maneja con maestría.
Ficha Técnica
- Dirección: Manuel Chapuseaux
- Producción: Luis José Germán y Luly Rocha
- Elenco Principal:
- Vicente Santos
- Judith Rodríguez
- Lissette Selman
- Pamela Sued
- Juan Carlos Pichardo
- Luly Rocha
- Luis José Germán
- María Tavárez
- Participación especial de Roberto Cavada
- Escenografía: Fidel López
- Producción de Línea y Utilería: Stuart Ortiz
- Asistencia de Dirección y Regiduría: Johanny García
- Diseño de Luces: Manuel Chapuseaux
- Diseño Gráfico: Paola Germán
- Fotografía y Audiovisuales: Foto Davitte
- Voz Comercial: María Victoria Guerrero
Productora y conductora del podcast Cinependiente RD.
Miembro fundador de ADOPRESCI.
Dahiana Acosta, forma parte del Colectivo Artístico Cinependiente desde el año 2015, ha sido la productora y editora del programa radial Cineasta Radio (2017-2021) y ahora, del Podcast CinependienteRD y editora de su página web. Desde el 2021, es la presidente de la ASOCIACIÓN DOMINICANA DE PRENSA y CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA, ADOPRESCI. Coordinadora junto a Cinemateca Dominicana de la programación del cinefórum que modera ADOPRESCI. Jurado de la Semana + Corta, Festival Internacional de Cine LGBT+, Santo Domingo OutFest, Festival de Cine Fine Arts, Minuto del Agua, entre otros.
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