Texto por: Edwin Cruz

En La Planete Sauvage, la pesadilla más sórdida de nuestra especie sapien es saberse colonizada, esclavizada por una raza superior, infinitamente superior. ¿Cómo sobrevivir, reponerse y sentir poder vencer a nuestro amo? La respuesta quizás está en la famosa condición humana, donde conquistamos, arrasamos y después entendemos. Somos Atila, aún domesticados. Este maravilloso cuadro surrealista en movimiento, es una joya que cobra más valor a cada visionado, es una obra maestra redonda desde su concepción visual a su universo sonoro con ecos protodowntempo y música ambient. El ácido lisérgico también se consume por la mirada.