CINEASTA 101 – RITMO

Sergei M. Eisenstein, considerado el padre del montaje.

Ritmo es aquel “movimiento marcado por la sucesión regular de elementos débiles y fuertes, o bien de condiciones opuestas o diferentes”1, es decir, un flujo de movimiento, que se controla o mide y que puede ser sonoro o visual; generalmente producido por una ordenación de partes, diferentes, del medio en cuestión. Se trata de un rasgo básico de todas las artes, especialmente significativo en la música, la poesía y la danza. 

En el cine, el ritmo es más complejo de identificar, es un conjunto de elementos que hacen que la narrativa del filme tenga cierto pulso, enfatizando su intención. La película, puede estar estructurada de distintas formas y, por tanto, lograr respuestas sensoriales por parte del espectador. De forma plana, es lo que decimos cuando nos referimos sobre si una película es lenta, rápida, aburrida, entretenida… Todos, adjetivos que se refieren al ritmo en la cotidianidad de las conversaciones de cine. Impera conocer y aprender sobre esto, para poder juzgar la obra cinematográfica en su justa dimensión y no solamente sobre una percepción,  a veces sesgada por nuestras preferencias.

La edición o montaje, es vital, por igual la construcción visual de los planos, la cantidad y el tiempo en pantalla de los mismos y la música utilizada, ésta casi siempre, marcando el pulso y/o intensidad propuesta en la historia que se quiere contar. Sergei M. Eisenstein, en su ensayo “Montaje de Atracciones”2, estuvo muy interesado por el mecanismo de la edición, construyó una clasificación general que se ha mantenido, pese a sus limitaciones, plenamente vigente hasta nuestros días.

  • Montaje métrico: es aquella edición basada en la longitud o duración de los fragmentos o planos, funcionando de la misma forma estructurada que los compases musicales.
  • Montaje rítmico: es aquel que se establece teniendo en cuenta no sólo la duración o longitud de los planos o fragmentos, sino teniendo en cuenta también la composición de la imagen en los mismos, es decir, el encuadre.
  • Montaje tonal: es aquella edición que va más allá del anteriormente especificado montaje rítmico, es decir, un grado superior, ya que además de tener en cuenta la duración y el encuadre del fragmento, se añaden otros componentes como son el movimiento, el sonido emocional y el tono de cada plano.
  • Montaje armónico: aquella edición que está más evolucionada, que va un grado más lejos que el montaje tonal, ya que además de todos los elementos, debemos añadir y tener en cuenta el resultado del conflicto entre el tono principal del fragmento y la armonía.
  • Montaje intelectual: es aquella edición que tiene en cuenta la mezcla de sonidos y armonías, pero de forma intelectual.

Éste último sería el más complejo de los cinco tipos descritos. Aquí se explota la metáfora visual, pretendiendo que el espectador asocie imágenes y construya un significado como resultado de la simbología utilizada. Este montaje es el idóneo y más utilizado por aquellos realizadores que deseen dejar su impronta. 

Por ende, el ritmo de un filme irá de la mano de escenas que tendrán su propio comportamiento, un microcosmos dentro de un todo que, tiene como meta, un fin común. El maestro Stanley Kubrick, lo describe mejor… \”Una película es, o debería ser, más música que ficción. Debe ser una progresión de estados de ánimo y sentimientos. El tema, lo que hay detrás de la emoción, el significado, todo eso viene después\”.

A continuación, compartimos dos escenas cortas de películas recientes donde podemos notar la construcción del ritmo de forma pequeña, ambas utilizan técnicas diferentes que se adhieren al montaje general. En \”Burning\”, Lee Chang Dong opta por el plano continuo, en movimiento lento, flotamos con el personaje. En \”The Neon Demon\”, Nicolas Winding Refn utiliza la luz y el color para mostrar una especie de falso corte en los planos, agilizando la secuencia y liberando la opresión inicial. La música, en ambas ocasiones, complementa el estado de ánimo propuesto. 

 
1Diccionario de Oxford.

2Sergei M. Eisenstein, “Montaje de Atracciones”.

 

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