Grandes fotografías (de calle): Ernst Haas, New York 1953

Por Jota Barros. Fotografía © Ernst Haas

Ernst Haas fue uno de los pioneros de la Fotografía de calle en color aunque, claro, como muchos otros comenzó fotografiando en blanco y negro.

Sin embargo, seguro que no muchos han rechazado formar parte de la plantilla de LIFE, claro que tampoco debía ser fácil llegar a formar parte de Magnum Photos y menos por invitación del mismísimo Robert Capa. Todo lo anterior da forma a la la leyenda de Haas.

Eso y sus fabulosas imágenes que a veces rozan lo abstracto y otras, como la que te traigo hoy, se disfrutan y descifran poco a poco…

La imagen

Aunque en esta fotografía de calle hay muchos elementos y podría parecer confusa, en realidad hay dos figuras que destacan entre todo lo demás, y eso que no son la parte más clara de la imagen sino todo lo contrario.

Hablo, claro, de los dos caballeros en el centro del encuadre. Su situación en la imagen hace que inmediatamente llamen la atención pero, como vamos a ver, hay más motivos para que sean los protagonistas (aunque sea desde las sombras).

Justo en medio de ese espacio los dos hombres parecen hablar. Uno de ellos lleva gorra, un detalle que acaba ganando importancia a medida que leemos la fotografía. Seguimos.

Por cierto, los dos hombres en la sombra son los únicos que están fuera de ese flujo de personas. Como si ellos no tuviesen que contagiarse de esa actividad y sumarse al movimiento del resto. Están aparte, en su propio mundo y eso también cobrará sentido un poco más abajo.

Excepto los rodeados con una línea continua. Ellos miran hacia los hombres en el interior del edificio, a hurtadillas y sin girar la cabeza. Como si no quisiesen ser advertidos. ¿A qué se debe ese gesto?

Las palabras que se recortan en el marco amarillo y a la derecha de este son la pista definitiva. Sin duda se trata de un concesionario de coches de lujo alemanes (son los años 50 y estamos en Nueva York), y podría apostar a que el hombre de la gorra es en realidad el chófer del otro.

Quizás eso explique la curiosidad que generan y la distancia, no solo física, que los separa de la gente de a pie.

Tomado de Rubixephoto

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