Un Perro Andaluz. Luis Buñuel. 1929.
“Surrealismo no es una escuela poética, sino un movimiento de liberación (…) Es revolucionario, porque es un retorno a al principio de los principios”. Octavio Paz.
Si existe un movimiento artístico que ha tenido una firme presencia en la historia del cine, es el Surrealismo. Esto debido a que si bien la pantalla grande no puede mentir, puede soñar. Grandes trabajos surrealistas se han producido en filme, y quizás no pudiese uno imaginarse dicho movimiento vanguardista sin el cine.
El cine ha sido un catalizador para la evolución y arraigo del Surrealismo. Han sido colegas inseparables en la lucha subversiva contra la mímesis ortodoxa. Desde su inicio hasta el presente, el Surrealismo ha utilizado el cine como instrumento de exteriorización.
El Surrealismo nace en Francia a principios del siglo XX, pero prácticamente teórico. Bajo circunstancias políticas las ideas llegan a España, donde se lleva al campo práctico. Mientras Garcia Lorca y la generación del 27 escribían las páginas de la historia, y Pepín Bello los fotografiaba, otros de sus íntimos amigos creaban obras que definirían el cine de arte. Luis Buñuel y Salvador Dalí, unieron fuerzas en la coautoría de un épico trabajo. Un perro andaluz (1929), cortometraje inspirado en 2 sueños de los autores, posicionó a Buñuel y Dalí en el mapa surrealista y cambió por siempre la forma de hacer cine. Un poco después realizarían juntos la también surrealista y experimental, La edad de oro (1930).
Buñuel luego se muda a América, donde en México continua evolucionando junto al Surrealismo. Realizó algunas de las mejores películas de la historia del cine y que sirvieron de influencia a los grandes cineastas contemporáneos.
Elementos presentes en los mencionados trabajos de Dalí/Buñuel, se convirtieron en iconos esotéricos del Movimiento. Muerte, putrefacción y descomposición, sexualidad, violencia entre otros; se observan en trabajos de directores como Jodorowsky y Lynch. Filmes como Santa Sangre (1989) y Mulholland Drive (2001) son excelentes trabajos que se enmarcan dentro del Movimiento. Wild at heart (1990) de Lynch, galardonada en Cannes, es una interesante amalgama de road movie, acción, Elvis Presley y Mago de Oz que se apoya en el surrealismo.
Imperdibles también los trabajos de Federico Fellini, que encontraron su espacio para expresión dentro del movimiento Surrealista, y también pasaron a ser de los mejores trabajos que se han plasmado en un filme. De Italia también salen los trabajos surrealistas de Pier Paolo Pasolini, quien además nunca ocultó su devoción por Marqués de Sade, personaje que tuvo mucha influencia sobre los primeros surrealistas.
En la nueva generación de directores también se ha experimentado dentro del surrealismo (Hnos. Coen, Del Toro, Jonze). Un contemporáneo que abraza el surrealismo es Darren Aronofsky, quien ha entregado trabajos como Pi (1998) y Cisne Negro (2010). Otro de los más recientes laureados surrealistas es Apichatpong Weerasethakul, quien es responsable de El Tio Boonmee que recuerda sus vidas pasadas (2010), que aun intentamos entender.
Latinoamérica ha sido productora de muchas de las grandes películas surrealistas de la historia. La presencia de Buñuel y Jodorowsky en Latinoamérica, sentó las bases del sentimiento rupturista de preceptos narrativos convencionales, que han hecho referencial al Nuevo Cine Latinoamericano.
El surrealismo continúa vigente, y presente en el cine. Tienen relativamente la misma edad. Juntos seguirán tomados de la mano mientras atraviesan sus procesos evolutivos.
Mulholand Drive. David Lynch. 2001.
Conductor del podcast Cinependiente RD.
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